28.1.13

Usted no lo entiende



Mi amigo había oficiado el funeral de una mujer que había sufrido una larga enfermedad antes de morir. El viudo había llorado desconsoladamente durante toda la ceremonia. Transcurridos unos días, y a petición de la hija, el rabino visitó al viudo. 


─Comprendo tu dolor 
─dijo el rabino que también era viudo─. Sin embargo, debes recordar que siempre estuviste junto a tu esposa mientras duró su enfermedad. Te comportaste como un marido fiel hasta el final. ¿Por qué te sientes tan culpable? ¿Por qué estás tan deprimido? 


─Usted no puede comprenderlo 
─repuso el hombre─. ¡Yo amaba a mi esposa! 



─Lo sé ─dijo el rabino─, pero tu estado de ánimo perjudica tu propia salud, la de tu familia y tu trabajo. Tu esposa no desearía verte tan deprimido... 


─¡Usted no lo entiende! 
─lo interrumpió el hombre, y a continuación volvió a decir: ¡Yo amaba a mi esposa! 

─Sé que amabas a tu esposa, que siempre la amarás y que la echas de menos. Sin embargo, no puedes seguir así ─insistió el rabino.


─¡Usted no lo entiende! 
─repitió el hombre─. ¡Yo amaba a mi esposa! Recuerdo que estuve a punto de decírselo en una ocasión.