Anastasio Quiroga era un folklorista que -según Kusch- conservaba "su concepción del mundo popular y jujeño". Cuenta Kusch que una noche de Año Nuevo pudo grabar "los mejores aspectos del pensamiento de don Anastasio". Habló del don de curar que tiene alguna gente: "quien tiene ese don es capaz de curar un animal embichado incluso por teléfono". Decía que quien no tiene ese don tiende a simularlo, porque "el que no es nada es el que se aflige por serlo". Atribuía ese don a
la natura, término que no supo decir de dónde lo había tomado.