5.12.12

Castaneda



El brujo yaqui don Juan conversa con el antropólogo:


—Nada tiene importancia —dijo el brujo yaqui.

—Pero, don Juan, si nada tiene importancia, ¿Por qué debo aprender a ver las cosas?

—Sólo después de aprender a ver podrá usted decidir si las cosas son importantes o no. Usted ya es lo bastante adulto como para saber que un hombre de conocimiento vive por sus actos, no por pensar en los actos ni por pensar en lo que va a pensar después de actuar. Un hombre de conocimiento elige el camino del corazón y lo sigue. Después, mira al mundo que lo rodea, se pone contento, ríe. Porque sabe que su vida terminará muy rápido. Sabe, porque ve, que nada es más importante que cualquier otra cosa. Un hombre de conocimiento no es fiel a nada, apenas a la manera en que decidió vivir su vida.




“Así el hombre de conocimiento sabe que todo es una locura, pero entiende que, para continuar en este mundo necesita mantener esa locura bajo control. Entonces se esfuerza, transpira y bufa; cuando se lo mira, parece un hombre común, pero en verdad, tiene su locura controlada. Él sigue en dirección al conocimiento con miedo, con respeto, sabe que está yendo a una guerra.”



—¿Cómo puedo ser un guerrero de ese tipo?

—Actuando en vez de hablar. Usando el poder de su voluntad. La voluntad es una cosa que el hombre usa, por ejemplo, para vencer una batalla que él según todos los cálculos, debía perder. Eso es lo que lo hace vencer cuando ya estaba derrotado.


—Yo llamo a eso coraje.

—No, los hombres de coraje viven rodeados de personas que los admiran, pero muy pocos hombres de coraje tienen voluntad. Porque la voluntad es algo que desafía nuestro buen sentido. Un hombre de voluntad es un hombre de poder.


—¿Puedo decir que soy un hombre de voluntad cuando me niego a hacer ciertas cosas?

—No, negar es una indulgencia. Nos hace creer que estamos haciendo grandes cosas, cuando en verdad estamos apenas fijados en nosotros mismos. La voluntad es un poder; como todo poder necesita ser controlada y afinada. Y eso lleva tiempo.





CASTANEDA, Carlos - Una realidad aparte.


Traducción: Paulo Coelho.