2.5.17

Sam Shepard - Convulsión


Si pudiera verme ahora, seguro que se enamoraría de mí, me apuesto lo que sea. Me apuesto lo que sea a que sí. ¿Cómo podría no hacerlo? Miradme. Miradme ahora. Como estoy. Si pudiera verme así: esperándola, horas antes, mucho antes de que llegue, buscando cualquier señal o sonido suyo. Vería lo entusiasta que soy. Vería la desesperación en mi pecho. Si pudiera verme ahora, desde la distancia, sin que yo supiera que me está mirando, me vería tal y como soy. ¿Cómo podría no sentir algo por mí, entonces? Algo, o quizá no. Quizá eso es..., o sea, a lo mejor las actitudes como ésta provocan repulsión. No sé exactamente cómo funciona pero..., a lo mejor nace un sentimiento de revulsión cuando alguien es demasiado entusiasta..., demasiado disponible, demasiado dependiente. No lo sé. Alguna convulsión. No. No, eso no. No es eso. Ni siquiera es una palabra, ¿no? Convulsionar. Si pudiera recordar aquella vez, ¿cuándo fue...? Aquella vez en Knoxville cuando estábamos besándonos en el tren, aquel beso largo, largo que nos dimos, despidiéndonos, y de repente el tren empezó a moverse, pero yo no tenía que acompañarla, o sea, ésa era la razón por la que nos estábamos despidiendo, porque pensábamos que no nos veríamos durante mucho, mucho tiempo y estábamos concentrados en ese largo..., sólo besándonos y besándonos y no había manera de bajarme. Árboles y casas desaparecían a toda velocidad. Al final me dejaron en la estación siguiente, que estaba a muchas millas de distancia, y allí estaba yo, esperando durante horas el próximo tren de vuelta, o sea, si me hubiese visto entonces, de pie allí, esperando, seguro, seguro que me querría. O sea, cómo podría no tener algún..., no sé. Ya no sé qué es lo que hace que las cosas pasen, esa conexión. Si es que alguna vez la hubo.