Habla simplemente cuando sea necesario.
Piensa lo que vas a decir, antes de abrir la boca.
Se breve y preciso, ya que cada vez que dejes salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi (energía).
De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.
No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas, porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.
Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.
Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.
Aprende a ser como un espejo.
Escucha y refleja la energía.
El Universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el Universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones, y nos envía de vuelta el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se representan en nuestra vida.