Tenemos todos dos vidas:
La verdadera, que es la que soñamos
en la infancia, y que continuamos soñando,
adultos en un sustrato de niebla;
y la falsa, que es la que vivimos
en convivencia con otros,
que es la práctica, la útil,
aquella en la que terminan
metiéndonos en un cajón.
En la otra no hay féretros ni muertes,
hay solo ilustraciones de infancia:
Grandes libros coloridos,
para ver y no leer;
Grandes páginas de colores
para recordar más tarde.
~PESSOA, Fernando.