12.11.24

Ursula K LeGuin


Cada uno de nosotros merece todo, cada lujo que se haya acumulado en las tumbas de los reyes muertos, y cada uno de nosotros no merece nada, ni siquiera un bocado de pan en el hambre. ¿No hemos comido mientras otro se moría? ¿Nos castigarán por eso? ¿Nos recompensarán por la virtud de morir de hambre mientras otros comían?

Ningún hombre merece un castigo, ningún hombre merece una recompensa. Libera tu mente de la idea de merecer, de la idea de ganar, y comenzarás a ser capaz de pensar”