5.9.13

El poder hipnótico de las palabras


En cierta ocasión, hablando el Maestro del poder hipnótico de las palabras, alguien gritó desde el fondo de la sala:

«¡No dices más que tonterías! Si yo digo 'Dios, Dios, Dios', ¿acaso ello me hace divino? y si digo 'pecado, pecado, pecado', ¿acaso ello me hace malo?»

«¡Siéntate, bastardo!», dijo el Maestro.

El tipo se puso tan furioso que no podía articular palabra. Finalmente, estalló en improperios contra el Maestro.

Éste, aparentando arrepentimiento, le dijo:

«Perdóneme, señor, por perder la calma. Le suplico que excuse mi imperdonable error».

El otro se calmó inmediatamente, y entonces le dijo el Maestro:

«Ya tiene usted su respuesta: ha bastado una palabra para encolerizarlo, y otra para tranquilizarlo».

Confiar de nuevo

Al día siguiente, el Maestro completó su lección con la historia del ladrón que encontró esta nota en la puerta de la caja fuerte que iba a reventar:


«Por favor, no emplee dinamita. La caja no está cerrada. Basta con hacer girar el picaporte».


Y, en el momento en que hizo girar el picaporte, cayó sobre él un pesado saco de arena, se encendieron las luces de la habitación, y la alarma despertó a todo el vecindario.

Cuando el Maestro visitó en la cárcel al ladrón, éste no podía ocultar su resentimiento:

«¿Cómo voy a poder confiar de nuevo en algún ser humano?»

3.9.13

Una técnica

Ilustración de Muji Lee.

Una leyenda dice que Buda viajó por todo el país en busca de iluminación, fue uno de los mayores maestros de su época, practicó todas las disciplinas y las espiritualidades que había, pero no llegó a la iluminación. Finalmente desistió. Desesperado, se sentó debajo de una higuera y fue iluminado. Años después, sus discípulos preguntaron:

"Maestro, ¿nos cuenta el secreto de la iluminación? ¿Cómo lo consiguió?"

No hay secreto, no hay técnica. Pero vos viste cómo son los discípulos: Querían la técnica.

Entonces, Buda dijo:

"Está bien. Voy a darles una técnica. Cuando estén inspirando, sean conscientes de que están inspirando. Y cuando estén espirando, sean conscientes de que están espirando."

Quería que los discípulos entrasen al presente.

La vida no es mañana, es ahora.

El amor no es mañana, es ahora.

La iluminación es ahora.

Si vienes al presente, ella puede manifestarse. Haz una cosa por vez y verbaliza internamente lo que estás haciendo. Ése es un ejercicio muy bueno para entrar en el presente, para vivir en el ahora de tu vida.