8.7.22

Harold Kushner - Cuando nada te basta

El director de un museo entomológico de Gales me mostró una vez la “polilla sin boca”, una variedad de oruga que pone sus huevos y luego se convierte en una mariposa que carece de sistema digestivo. Como no tiene forma de ingerir alimentos, a las pocas horas muere. La naturaleza ha creado este ser sólo para que se reproduzca y continúe la vida de la especie. Una vez lograda su misión, no hay motivo para que siga viviendo, y por ende, se lo programa para morir. ¿Acaso nosotros somos así? ¿Nuestro único motivo es tener hijos para perpetuar la raza humana? Y luego de haberlo hecho, ¿es nuestro destino desaparecer y hacer lugar a la nueva generación? ¿O es que nuestra vida tiene otro designio aparte de la simple existencia? Con nuestra desaparición, ¿el mundo va a perder algo o sólo estará menos abarrotado? Tal como Jung supo captarlo, éstas no son unas meras preguntas abstractas para tratar en una reunión social. Son, por el contrario, temas acuciantes, que si no podemos responder nos sumirán en el desaliento y la melancolía.